Sean muy bienvenidos todos los que, por estos días, leen mi blog. Inauguraré este espacio con la recomendación de una de las mejores películas que pude haber visto este verano, les hablo de “Los Edukadores”, de Hans Weingartner.
Ésta es una película alemana, su título original es Die fetten Jahre sind vorbei que en español tendría una traducción aproximada a decir: “Los días de vacas gordas se han acabado”. Pero ¿por qué una película llevaría ese título? Die fetten Jahre sind vorbei es el mensaje que les dejaban Los Edukadores a los dueños de mansiones, cuando entraban por las noches a desordenar todo dentro de ellas. No robaban nada, sólo cambiaban el órden lógico de las cosas dentro de las lujosas casas, para remecer emocionalmente a los ricachones y hacerlos replantearse la manera de enfrentar la vida.
Esta idea “edukativa” surgió de dos amigos Jan (Daniel Brühl) y Peter (Stipe Erceg) que viven juntos y que comparten pensamientos sociales, anárquicos y económicos. La cinta comienza muy lento, cuesta meterse de cabeza en la historia que terminó por envolverme en un sin número de preguntas existenciales. Toma forma cuando Jan se enamora de la novia de su amigo, Jule (Julia Jentsch), una chica que se ve atareada al intentar pagar una vieja deuda que tiene con un millonario. En su desesperación le cuenta a Jan el problema que tiene y éste a su vez le confiesa ser uno de Los Edukadores.
Jule convence a Jan para entrar en la casa del millonario con quién tiene la deuda (Burghart Klaussner) y tratar de “edukarlo”, pero para mala suerte de ambos, éste los descubre, por lo que Jule y Jan deciden secuestrarlo con la ayuda de Peter.
Para pasar inadvertidos deciden ir a una provincia cerca de la ciudad, a una cabaña de la familia de Jule. Es ahí donde se empieza a dar una relación muy especial entre secuestradores y secuestrado. Casi como un síndrome de Estocolmo, en donde los protagonistas se encierran a discutir sobre las injusticias de la vida, producto del capitalismo. El debate queda planteado, solo debes decidir de qué parte estás.
Esta película es una respuesta a la falta de representantes políticos con los que la juventud se identifique. Hoy los jóvenes no sienten el llamado a expresarse, pues la política ha perdido la magia con la que contaba años atrás. Este fenómeno se repite en cada país, en cada localidad del mundo. En Chile también está presente. Es por eso, que estos tres jóvenes se presentan como héroes frente a esta falta de participación activa, dentro de la política mundial actual.
Esta película es una respuesta a la falta de representantes políticos con los que la juventud se identifique. Hoy los jóvenes no sienten el llamado a expresarse, pues la política ha perdido la magia con la que contaba años atrás. Este fenómeno se repite en cada país, en cada localidad del mundo. En Chile también está presente. Es por eso, que estos tres jóvenes se presentan como héroes frente a esta falta de participación activa, dentro de la política mundial actual.
ALGUNAS PERSONAS NUNCA CAMBIAN.